Después de la Guerra Civil española, el primer diario independiente
que se pudo editar en Catalunya fue el Tele/Exprés. La novedad era que rompía
la monotonía impuesta por la censura del franquismo. Su primer número
vespertino apareció en Barcelona el 16
de septiembre de 1964.
Su propietario era el banquero Jaime Castell Lastortras. También participaban Carles Sintiera, Federico
Gallo y Andreu-Avel.lí Artís i Tomás
(conocido bajo el seudónimo de Sempronio).
El diseño de su cabecera, banco sobre azul, fue una gran innovación en su
época, idea de Josep Pla-Narbona. Jugaban
con el negativo (mancha de color con las letras en blanco), recordando al
famoso France Soir. Fue el primero en aparecer en formato sábana, de grandes
dimensiones y todos los días de la semana, saltándose el parón dominical.
Los contenidos
La Ley de Prensa del ministro Fraga Iribarne había
levantado expectativas que fueron aprovechadas por Castell usando su amistad con el yerno del dictador, el marqués de
Villaverde. Ambos solían ir de cacería a África.
Tuvo un primer carácter algo sensacionalista para captar
público, lo que le generó problemas con la censura. Su primer director fue
cesado después de publicar en 1966 un artículo sobre monseñor del Pino,
confesor de Carmen Polo de Franco.
Un artículo sobre los burdeles de Barcelona llevó a la cárcel a Josep María Huertas Clavería y obligó a
dimitir a su director de ese momento, Manuel
Ibáñez Escofet.
Tras la muerte de Franco en 1975 publicaba semanalmente
un par de páginas en catalán. En 1977 fue adquirido por el grupo de Sebastià Auger. Tras una vida
accidentada pasó a ser semanario y cerró definitivamente en 1980.
Edificio singular
El edificio que albergó la sede del grupo periodístico fue
obra del arquitecto Josep Puig Torné,
y lo finalizó justo a punto para la inauguración del diario. Fue muy impactante
en su momento porque parte de la fachada está recubierta de piezas de hormigón visto.
La técnica empleada fue de moldeado vertido en sitio.
Las placas reproducen los nombres de las distintas
cabeceras del grupo periodístico propietario, y fueron obtenidas usando los
tipos auténticos de las rotativas del diario, diseñadas por Josep María Subirachs, en un estilo que
recuerda algunas de sus obras, como el homenaje al submarino de Narcís Monturiol o el friso del
edificio Novísim, todos en Barcelona.
La fachada en su conjunto luce la pátina del tiempo y los
nombres son perfectamente legibles en toda la superficie excepto los primeros
tres metros, que han sufrido labores de limpieza a presión para eliminar grafitis.
Las ventanas están protegidas por persianas verticales rojas, que añaden más
vistosidad al conjunto.
Hoy es un edificio de oficinas, y en sus locales
comerciales se ubican una agencia de venta de coches y un consultorio dentista.