Carmen
Posadas es la autora de esta novela, cuyo eje es un cocinero
muerto en una cámara congeladora al que nadie ha matado. Todos le odian o le
temen por lo que sabe de cada uno de ellos, todos le quieren muerto, nadie lo ha hecho pero tampoco lo han evitado…
por pura casualidad.
Con un estilo preciosista e impecable, con
ritmo e intriga, Carmen Posadas se
pasea entre un grupo de personajes con sus miserias, sus condicionantes y sus
vidas perfectamente presentables, en la línea de Agatha Christie. La autora hace un recorrido por las
características de la sociedad actual, las casualidades, las coincidencias, la
necesidad de triunfar que se vea, el
terrible pánico al qué dirán.
El título define perfectamente el
comportamiento de los personajes que deambulan por la novela, las vilezas que
afectan a su buen nombre, las maldades descubiertas, la fama ensuciada, y el temor a las consecuencias del descrédito.
A lo largo de poco más de 300 páginas
desfilan las biografías y las miserias
de los distintos personajes, las sospechas de unos sobre otros, la necesidad
obsesiva de impedir que sus pequeñas
infamias salgan a la luz.
Carmen
Posadas es uruguaya, nacida en 1953 en Montevideo,
hija de un diplomático. Afincada en Madrid desde 1965, antes residió con su
familia en Moscú, Buenos Aires y Londres. Su carrera literaria comenzó
escribiendo para niños y ganando el premio del Ministerio de Cultura del mejor
libro infantil de 1984. Además de novelas, ha escrito relatos cortos, ensayos,
guiones de cine y televisión.
Sus novelas han sido traducidas a 23 idiomas
y se publican en 40 países. Ha obtenido el premio Apel.les Mestres de Literatura
infantil y el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid.
Pequeñas
infamias ganó el premio Planeta de 1998, dotado entonces
con 50 millones de pesetas. Fue la séptima
mujer en conseguirlo, y presentó la obra bajo el seudónimo como autora de Delmira Ilbarbouru, y con el seudónimo de
título El peso del ayer. Preguntada
por su obra dijo que “se puede leer en
clave de intriga, pero admite diversas lecturas e incluye cierta sátira social”.
Sobre el peso que tiene la casualidad en el contenido,
comentó: “cuando estaba escribiéndola me
encontré en una especie de punto muerto, no sabía continuar, y entonces e
encontré un grafito en el que había una frase de Santa Teresa: ‘nada te asuste,
nada te espante…’ Luego me enteré de que el premio se entregaba en el día de
santa Teresa… y la novela habla de las casualidades en nuestra vida…”
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