Haití es una tierra rica y empobrecida,
confinada a la mitad de una isla que llamaron La Española (la otra mitad es la
República Dominicana) llena de historias entreveradas entre raíces africanas,
isleñas taínas y europeas. De un presente trufado de sueños y de supervivencia,
de deidades, espíritus y ritos que se pierden en la noche de los tiempos.
Es un país que queda expuesto en la obra El País de los Espíritus, una obra de Miguel Ruiz Montañez. Viajero
impenitente, conoce la isla y su idiosincrasia, y ha escrito una obra de
ficción con la idea de que la gente se apasione por el día a día del país, por
sus costumbres y por sus contradicciones, que quiera conocerlo para disfrutarlo
y también, ayudarlo a desarrollarse.
La obra discurre entre un asesinato que
obliga a huir de la isla a unos adolescentes, un hombre en coma por un conjuro
vudú, una vuelta a los orígenes, luces y sombras de la historia familiar en un
país devastado por un estado fallido y la visita cíclica de los huracanes.
Narrada con un estilo ágil, trufada de
términos creóles y franceses, va recorriendo los paisajes y los personajes de
un presente difícil, de unas situaciones de supervivencia que ya se han hecho
cotidianas, de la contradicción de sus inmensas barriadas de barracas y sus zonas de casas coloniales. Por sus páginas también pasa un huracán que devasta la precariedad
de las viviendas, una sociedad secreta de bokors
(brujos malignos), y mucha, mucha solidaridad.
Ruiz,
nacido en Málaga, es ingeniero, licenciado en ciencias económicas y ha ejercido
de profesor, ha trabajado en París, México, Buenos Aires, Shanghai, Sudáfrica y
New York. Con respecto a la novela, comentó: “He querido hacer una novela que atrape al lector y no le deje respirar
hasta la última página, para explicarle el desarrollo histórico, cultural y
social de un país tan interesante y desconocido. Haití es una isla quimérica
poblada de espíritus”.
El vudú está presente en todas las páginas de
la novela, porque el autor declaró que quería “desmitificarlo, porque tiene poco que ver con la magia negra”. En
cuanto a la situación social, el autor comentó que quería hacer “un retrato crítico, descarnado, muy
reflexivo sobre la inestabilidad del país”. Y sobre las grandes
protagonistas femeninas de la obra, es su particular “homenaje a la mujer haitiana, que saca adelante la familia y el país,
y está trufada de magia, santería y vudú, pero que no cae en el pesimismo”.
Petionville |
En una entrevista para el Diario de Sevilla,
comentó “Para documentar esta novela tuve
un par de entrevistas muy reveladoras con Max Beauvoir, el jefe supremo de la
religión vudú. Y participé en varios rituales, aunque la experiencia que más me
impactó me ocurrió con un hechicero al que me presentaron. Pensé que iba a
hacer alguna invocación extraña, pero sólo puso su mano sobre mi cabeza y dijo:
“Es usted un hombre muy, muy rico. Tiene muchos coches, coches grandes, azules
y muy lujosos”. Nadie sabía que yo soy el director de la Empresa Malagueña de
Transportes, responsable de la flota de autobuses de la ciudad”.
Ruiz
Montañez dedicó cinco años a documentarse y preparar
la obra. Es profesor asociado en la Universidad de Santo Domingo, por lo que
viaja frecuentemente a Santo Domingo, la otra parte de la isla, y mantiene
fuertes vínculos con los dos lados. Trabaja en varios proyectos para Haití a
través del Instituto de Cooperación para el Desarrollo Sostenible, e Ingenieros
sin Fronteras.
Un detalle no pequeño: el libro fue
presentado en 2010 y el autor declaró que parte de lo que se recaude con su
venta se dedicaría a proyectos de educación de niños huérfanos de la isla.