Khaterine
Neville escribió en 1992 un libro sobre la banca: Riesgo calculado. Y sabía de que
hablaba: antes de dedicarse en exclusiva a la literatura había sido
vicepresidenta del Banco de América y asesora técnica de instalaciones informáticas
tanto para el gobierno como para IBM, la Bolsa de New York y Deutsche
Bundesbank.
Con esos conocimientos reales, Neville montó un relato en el que una
especialista en instalaciones informáticas planea el gran robo del banco no
para quedarse el capital, que devolvería, sino para demostrarles que sus
sistemas de seguridad están obsoletos y ella puede mejorarlos. En el fondo,
busca un ascenso.
En paralelo, el otro protagonista, un
conocedor de los sistemas más veterano que ella y que la embarca en una apuesta
por ver quién consigue una cantidad determinada de dinero robado a los bancos,
cada uno desde un punto distinto.
Lo que plantea el argumento es que la
todopoderosa banca también tiene sus puntos flacos, que no es ni limpia, ni
honesta ni transparente, que es imprescindible en el mundo de hoy, pero que por
la misma causa, domina en la sombra con mucho más poder del que parece. Además,
clubes de ultrapoderosos que quieren el poder absoluto, especialistas
informáticos mal pagados, ordenadores con inteligencia artificial mucho más
poderosos de lo que parece, sistemas de seguridad vulnerables…
La
novela pasea por todas las circunstancias posibles, desde las guerras de
poder en las empresas, el poder indecente de los que tienen todos los resortes,
las claves para fabricar dinero prácticamente de la nada, la creación de un
paraíso fiscal a partir de crear un país nuevo… En cuanto a los personajes, los
dos protagonistas principales, Verity Banks
y Zoltan Tor, con su fuerza y
sus miserias a cuestas (y la evidente tensión sexual que ya se sabe cómo
terminará) están perfilados, identificables. Los secundarios quedan un tanto
grises salvo Lelia, anciana,
millonaria venida a menos y con más vida y recursos de los que parecería.
Nathan Rotshchild |
Jacob Rotshchild |
La intriga bancaria, eje de la novela, sirve
a la autora como excusa para intercalar los principios de la banca y la
historia de los Rothschild, colocada
como flashes, quizás con la intención moralista de avisar que la banca nunca
fue un negocio limpio y que cualquier banquero, por muy noble que parezca, no
es más que un negociante que busca sacar el mejor beneficio.
En su biografía consta que Khaterine Neville nació en Sant Louis
(EE.UU) el 4 de abril de 1945. Máster en Administración y Dirección de
empresas, máster en Literatura Africana, modelo, pintora y fotógrafa comercial.
Trabajó en el mundo de los transportes y en el de la energía. Ha vivido en seis
países distintos y una vez alcanzada la fama, ha dado conferencias por todo el
mundo. Forma parte del staff directivo de El Museo Nacional del Indio
Americano, el Museo Nacional de Arte Americano, Fundación Thomas Jefferson y Poplart
Forest.
Como escritora, empezó con relatos a los
cuatro años, pasó por la poesía en la adolescencia y después la novela. De
géneros: histórico, esotérico e intriga policíaca, todos entreverados. Su
segunda novela, El Ocho, y la
tercera, El Círculo Mágico,
consiguieron gran éxito y arrastraron a primer plano a la que había sido la
primera, Riesgo calculado. En lo
privado, lleva más de veinte años casada con Karl Pribram, investigador
científico famoso por sus avances en neurociencia.
Riesgo
Calculado es una novela interesante, un poco densa en
las explicaciones bancarias, aventurera en las maneras de conseguir los
objetivos de los protagonistas y con un final abierto hacia nuevas apuestas.
La idea que queda después de cerrar el libro
es que el ciudadano de a pie está completamente a merced de un sistema
todopoderoso de dinero del que no puede escapar. Sólo queda la vigilancia
constante para que no nos estafen más de lo tolerable. Ya lo dijo Andreotti: El poder sólo desgasta a quien no lo tiene.
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