Es el título que escogió Matilde Asensi para la novela en que se introduciría en la cultura
tradicional china. Publicada en papel en 2009 a cargo de la editorial Planeta, la
versión digital alcanza las 391 páginas.
Elvira,
la protagonista de la novela tiene (como todas las protagonistas de sus
novelas), algún retazo de la autora. Mujer, bastante independiente aunque con
sus miedos más o menos inmovilizantes, con amigos, pero muchas veces sola
cuando hay un peligro. Razonablemente culta, razonablemente inadaptada en un
mundo extraño (la China de hace un par de siglos), con un correctísimo afán por
aprenderlo todo y con una razonable añoranza por volver a su mundo cómodo y sin
sorpresas.
Y la acción: casada con un amigo por conveniencias
(cada uno siguió su vida y dos los consiguieron la independencia social
aceptada), reside en París y se dedica a la pintura. El reside en Shanghai, dedicado al comercio de las
artes, los casinos, los señores, el alcohol y la buena vida. El muere y ella ha
de ir a buscar su cadáver…y su herencia.
A partir de ese momento, y con el estilo
propio de Asensi, la mujer “normal”
se ve involucrada en una sinfín de aventuras en un país extraño, con una
cultura completamente diferente, haciéndose cargo de una sobrina que ha quedado
sola a su cuidado, de un chico huérfano que también acaba quedando a su
cuidado, con el guía de un anciano chino que ha introduce en la cultura china y
en el Tai-Txi al amanecer, mientras buscan el tesoro milenario del primer emperador,
y son perseguidos por la Banda Verde
que pretende quedárselo.
Lo siguiente son escenarios impactantes,
cultura china, cambios en la personalidad de todos los personajes imbuidos por
el escenario desbordante, crecimiento personal, personas que desaparecen de la
trama por cuestiones de argumento y otras que tienen su protagonismo puntual…
Asensi
pinta un retrato de la China interior, de su cultura, de sus gentes, de sus
ruinas y su día a día, y a la vez, una evolución sicológica de su personaje, desde
la provinciana castellana instalada en París hasta la mujer internacional, que
entiende y acepta otras culturas y que quiere volver a París, pero ya como otra
persona.
Claves, lugares insospechados, tesoros,
persecuciones con luchas marciales, el intelecto de un huérfano chino
adolescente, la impertinencia de su sobrina educada como una señorita de bien,
la manipulación del anciano Lao Jiang que
los guía y cuyo interés real es el Kuomintang.
La novela, llena de aventuras, de lugares exóticos,
de pruebas a superar con inteligencia, de malos tontos y malos astutos que siempre
acaban perdiendo, va extendiéndose a lo largo de toda la vida de la protagonista
para llegar a su vejez en un ejercicio de “misión cumplida”, de satisfacción vital,
de que todo lo que se hace para bien, bien acaba. Una novela que no defrauda y que,
como todas las de la autora, describe un mundo desconocido….