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Ese título contundente corresponde a una obra
escrita por Clive Cussler y Thomas Perry. Cussler es un conocido
aventurero, coleccionista de coches de lujo clásicos y buscador de tesoros estadounidense, dedicado a bucear, viajar y
escribir. Dicho así suena a aventurero de película, a ese ser imaginario que
todos queríamos ser en plena adolescencia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpVLiadkbMTL_jPQofWijZIPhhGlC6d7RQ0Ea6lIDtF9NOy_5tJ5HLgZRtdn5zuEdYEscNcmq9As3CwnE5iYMUScBhTQcdCUJzuA9Ejtpew-9CVeOlmUkFsRvEXRzc3d_7cq3Q8ZAVDrE/s200/thomas-perry.jpg)
Pues a veces parece que los sueños llegan a
ser reales. Clive Cussler ha
buceado, ha localizado pecios, ha investigado y ha escrito libros de aventuras
que le han permitido financiar más aventuras. En algunas ocasiones ha contado
con la sabiduría de Thomas Perry, otro
aventurero dedicado además al buceo en bibliotecas.
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El eje de esta novela es la figura imponente
de Atila, el rey de los hunos que
conquistó y arrasó Asia y se propuso vencer al imperio romano que dominaba
Europa. Llegó a pocas millas de Roma, pero las leyendas aseguran que Atila consideró que no era el momento
para apropiarse de Europa, que dio media vuelta hacia Asia, y que por el camino
dejó escondidos suficientes tesoros (cada uno en una tumba) como par que le financiaran esa conquista
posterior. Murió antes de conseguirlo, y el rumor de sus tesoros escondidos ha
motivado a cientos de buscadores a lo largo de siglos.
Con esos mimbres, Cussler tejió una novela, publicada en 2014 por Random, en la que los protagonistas, el matrimonio
Fargo, estaban “creados” a medida para estas aventuras: cultos, investigadores,
cazatesoros, buceadores, escaladores, conocedores de claves morse, con el gran
nivel económico que les permitía adquirir cualquier equipo necesario para
alcanzar el tesoro…. Y en un gesto de nobleza de mecenas, ceder todo lo
descubierto al museo del lugar.
Claves escondidas, excavaciones a medianoche,
frases en latín, y viajes por toda Europa, un gran equipo de respaldo en las
oficinas centrales en Norteamérica y un buen gran final.
Es una novela de aventuras como debe ser: intrigas, misterios,
riesgos, datos culturales para añadir más salsa, heriditas a los protagonistas
y muerte a los malos. Los personajes secundarios también tienen entidad propia
y añaden el contrapeso a los hechos de los Fargo.
Una lectura que mantiene el interés, la
sonrisa en la cara y las ganas de saber en qué se meterán los Fargo la próxima
vez…
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