jueves, 31 de agosto de 2017

Siempre David Bowie

David Bowie reina donde quiera que se ponga, aunque falleciera en 2016. El Museo del Diseño de Barcelona exhibe la colección David Bowie is (producida por Victoria and Albert Museum de Londres) que recorre su vida y que transporta, a través de los necesarios auriculares de audioguía, a la música que marcó cada momento no sólo de su trayectoria, sino de la vida de la sociedad de su tiempo. La exposición, visitada por más de un millón y medio de espectadores y que ha recorrido ya ocho ciudades, recoge más de 300 objetos (entre ellos, 60 atuendos de sus conciertos) procedentes del “David Bowie Archive” del actor y de los propios fondos del museo londinense.

Se exhiben trajes diseñados por Freddie Buretti, creaciones de Kansai Yamamoto e incluso el abrigo confeccionado con la bandera Union Jack diseñado por el propio Bowie y Alexander Macqueen. Les acompañan fotografías, carátulas, fragmentos de películas en diferentes pantallas, entrevistas, fragmentos de conciertos y multitud de objetos personales, desde dibujos, storyboards, partituras, notas…

David Robert Jones (David Bowie) fue un niño superdotado para la música, la pintura y la danza. Como adulto fue músico, compositor, actor, productor discográfico y arreglista. Marcó cinco décadas con su estilo, sus innovaciones, la profundidad intelectual de su obra y el tono peculiar de su voz.
Convencido de que en un escenario debía haber un espectáculo, creaba escenografías, trajes y efectos, además de su particular vestuario, cortes y colores de pelo y maquillajes. Su nombre artístico (Bowie) lo tomó de un modelo de cuchillo.

Destacó en el glam rock, creó un personaje como alter ego (Ziggy Stardust), retó al mundo de la música rock de su época y ganó permanentemente a fuerza de reinventarse y de crear innovaciones musicales permanentes y presentaciones visuales impactantes.
 La exposición se pasea por toda su trayectoria vital y musical, y los auriculares reproducen, en cada espacio, la música que le corresponde o el contenido de las pantallas, todo en inglés. Es un paseo por sus trajes más icónicos, las fotografías más personales de su biografía, los detalles de su juventud o los primeros pasos de su trayectoria musical, que ya anunciaban su diferencia. Su fascinación por el teatro japonés y el bailarín Lindsay Kemp, con el que mantuvo relaciones y estudió mimo. 
 
Venía de una familia desequilibrada y llegó a declarar: “Hay una tendencia esquizoide en la familia, así que me atrevo a decir que estoy afectado por ésta. La mayoría de mis familiares han estado en algún tipo de institución metal y mi hermano no quiere salir. Le gusta mucho”. Dos de sus tías fueron declarados esquizofrénicas, una tercera fue ingresada y su hermano Terry, con la misma enfermedad, acabó suicidándose en 1985.

Ese miedo a la esquizofrenia fue lo que le frenó para usar drogas psicodélicas, las únicas que no probó. Fue adicto a la cocaína y a las orgías, llegó a pesar 43 kg., estuvo obsesionado con los Ovnis y declaró que le perseguían seres extraños.

Apodado El Duque Blanco Delgado, deliberadamente ambiguo y bisexual, intelectual a su manera, sus letras y sus espectáculos exponían su opinión sobre los temas de actualidad. Obsesionado con las instituciones mentales, en una de sus obras preguntaba. “¿Dónde puede estar el horizonte/cuando una nación esconde/sus mentes orgánicas en un sótano?”
 Durante una entrevista que le hacían vía satélite entre Los Ángeles e Inglaterra, sucedió el fallecimiento del dictador Francisco Franco. El gobierno español solicitó permiso para utilizar el satélite y transmitir la noticia, pero Bowie se negó a cederlo y continuó con la entrevista.  

Una de las facetas intelectuales de Bowie fue como creador de unos bonos financieros (celebrity bonds), respaldados por la propiedad intelectual y emitidos por el titular. Fue una forma de transformar los derechos de propiedad intelectual en bonos que aseguran a los inversores participar en los futuros beneficios de los royalties que vaya a cobrar. Con esa maniobra se garantizó el flujo de dinero necesario para trabajar y para devolver principal más intereses.

La primera emisión, los Bowie Bonds, fue en 1997, vendiendo los derechos derivados de los 25 álbumes que había grabado antes de 1990 a diez años al 7,9%. Los compró en su totalidad la aseguradora Prudential y los mantuvo hasta el final. Bowie consiguió 55 millones de dólares. 27 de ellos los empleó en recomprar sus propias canciones a Tony DeFries, su antiguo agente. Bowie se dio cuenta, en la década de 1970, que no era dueño de su propio trabajo: su agente poseía hasta un 50% a perpetuidad. Después del colapso mental de ese dato, decidió recuperar ese trabajo. 

Como en todas las facetas de su vida, el público se dividió entre los que lo encontraron innovador y dueño de su destino y los que lo etiquetaron como vendido a Wall Street. Sus actividades musicales y financieras consiguieron que en el momento de su fallecimiento (enero de 2016) tuviera una fortuna de 194 millones de dólares, y que a lo largo de toda su carrera hubiera vendido 150 millones de álbumes.

Falleció el 10 de enero de 2016, dos días después de su cumpleaños, de un cáncer de hígado.

Dylan Jones, exdirector de la revista GQ, dijo: “David Bowie era su propia creación, su propia obra de arte. Era un chico de Brixton, del sur de Londres, de la posguerra con la mirada puesta en el mundo. Toda su carrera profesional era un mito, una leyenda e invención”.

En los años 90 declaró en una entrevista: “Siempre tuve la necesidad impulsiva de ser algo más que un humano y pensé: al diablo, quiero ser un superhumano”. En 1997 dijo: “Creo que un artista ha de ser siempre fiel a los dictados de su corazón”.


La exposición permanecerá en el Museu del Disseny de Barcelona (el único de España que la acogerá) hasta el próximo 25 de septiembre de 2017. 


No hay comentarios: