Esta obra es un pequeño libro de 88 páginas, escrito a mediados del siglo XX por Israel Regardie, cuya temática sigue siendo actual. Redactado en un tono simpático y ligero, da unas pautas sencillas para conseguir cómodamente un buen grado de relajación en pocos minutos.
Regardie
llegó a ser secretario personal de Crowley,
pasó por la asociación Stella Matutina
y estudió psicología de Jung. Después
de residir en París y Londres, se instaló en Estados Unidos. Se doctoró en Psicología,
escribió libros sobre los rituales secretos de las asociaciones a las que había
pertenecido, y a partir de 1947 se instaló en Los Ángeles como quiropráctico.
Volcó sus conocimientos sobre relajación en
una guía atractiva para el público en general, aquellos que quieren aprender a
relajarse pero huyen de grandes puestas en escena, de rituales complejos o
alambicadas posturas alejadas de su vida rutinaria.
La Guía
de relajación para el perezoso aborda técnicas muy sencillas, relativamente
rápidas, para aprender a relajarse, a respirar, a distender tensiones
musculares. En sus explicaciones queda patente el conocimiento del cuerpo
humano, de la musculatura y de sus conexiones que tenía Regardie como quiropráctico. En sus comentarios sobre la tensión
existencial, las angustias vitales, el estrés y la angustia, queda la huella de
su experiencia vital y su aprendizaje en hinduismo, misticismo y psicología.
Bhagavan
Jivananda, maestro hindú, redactó el prefacio de la
obra, en el que comenta: “Muy a menudo el
estrés y la tensión de la vida nos hace insensibles a la amistad y al amor. Nos
volvemos bruscos y a veces incluso hostiles. Pero es muy importante no olvidar
nunca que aunque las frecuentes penas de la vida causan dolor, quien duerme
dentro es la armonía. Ser uno con el todo es la profunda fuente que puede
convertir todo en una sinfonía de júbilo.”
La obra termina con un párrafo que es toda
una declaración del autor: “Aprenderás a
sentirte ligero en la vida, convirtiéndote en hijo del momento. Así descubrirás
que se abre ante ti un nuevo mundo de alegría. Descubrirás también una cosa de
incomparable interés, ¡tú mismo! ¡Qué descubrimiento! ¡Eres tú mismo una vez
más! Ahora eres un viajero en la autopista de la aventura noble. Descubrirás de
nuevo el mundo con una indescriptible serenidad, paz y armonía”.