viernes, 10 de enero de 2020

El señor de las moscas


William Golding es el autor de esta novela de 250 páginas, editada en 1983 por el extinto Círculo de Lectores, que obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1983. No obstante, habían pasado bastantes años desde que la había publicado por primera vez, ya que su tema no acababa de conseguir público. Paulatinamente, por recomendaciones de los que la habían leído, fue haciéndose un espacio en el mercado del libro hasta llegar a ser considerada una gran obra. Habían pasado veinte años.

La sinopsis del libro es inquietante: un avión tiene un accidente, cae en una pequeña isla desierta y sólo sobrevive un pequeño grupo de niños, con edades entre los 6 y los 13 años. La estancia en un ambiente aislado de influencias externas, sirve al autor para diseccionar el comportamiento humano influido por la cultura recibida, pero también sometido a unos comportamientos instintivos que afloran una parte muy poco civilizada de cada uno.

Afán de protagonismo, lucha por el poder, coacciones para permanecer en el grupo, maltrato a los más pequeños... y reacciones lógicamente infantiles: preferir jugar antes de vigilar una hoguera de señales, bañarse y corretear antes que recoger frutas para guardar…

La situación se complica con los miedos a lo que no se ve, a los ruidos, a una tormenta como la que hizo caer al avión, a la presencia invisible de un monstruo (según asegura uno de los grupos) al que hay que entregarle alguna ofrenda para que no les ataque... Todo el abanico de reacciones humanas plasmadas en unos niños en los que esos impulsos o condicionantes no son tan férreos como en los adultos, pero existen.

Las conclusiones del autor a lo largo del relato es que el ser humano alberga en sí mismo una maldad intrínseca, una voluntad de hacer daño que puede llegar al asesinato.

Sobe el autor, la solapa del libro comenta: "Golding tuvo una vocación literaria precoz, pero más latente que efectiva, puesto que tardó mucho en materializarse. Le asaltó cuando contaba siete años y no cobró vida real  hasta los cuarenta y tres cumplidos del escritor, cuando le publicaron su primera novela, El señor de las moscas. Nacido en St. Columb Minor (Cornualles, Gran Bretaña) en el seno de una familia dedicada a la enseñanza (el padre) y la activa militancia sufragista (la madre), Golding estudió en Oxford y se aprestó a convertirse en profesor.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue comandante de lancha torpedera, desembarcó en Normandía y se desengañó un tanto de la bondad del género humano. La guerra suele dejar mal sabor en el alma. Una vez los clamores del éxito alcanzado por El Señor de las moscas (llevada al cine por Peter Brooks en 1963) acabaron de despertar su adormilada vocación, Golding comprendió que, además de la labor pedagógica, existían otros horizontes, y animado, empezó a publicar más o menos asiduamente”.



1 comentario:

marga alconchel - margalc3@gmail.com dijo...

Historia de la isla real que vivió una historia parecida a la que se narra en la novela: https://www.ancient-origins.es/noticias-general-historia/el-se%C3%B1or-las-moscas-la-vida-real-la-extra%C3%B1-violenta-historia-la-isla-pitcairn-002790?fbclid=IwAR212SzCLP1dd7v4LSvD1TeC8OejLny4hfygXhBFNvu1TdimFPqmiGJTDuw