Parece que los pederastas celebran desde hace ocho años el día del orgullo pedófilo. Se convocan entre sí a través de una página web que está bloqueada en toda Europa menos en España. Y en España esa llamada no está prohibida porque no existe la figura de “apología de la pederastia”. Sin embargo, sí existe la figura de la “incitación al delito” y si no estoy equivocada, la pederastia es delito.
Los convocantes juegan con las dos palabras como si fueran sinónimas, y convenientemente se quedan con la acepción menos aberrante. El pederasta practica sexo con menores, el pedófilo siente inclinación erótica por ellos sin llegar a mayores.
Todos hemos de someternos a las leyes del lugar en el que vivimos. Esas leyes son precisamente las que nos hacen libres, porque son las que nos dan la medida exacta del espacio que no será invadido por otros. Nos dan la medida de aquello en lo que nos defenderán las instituciones que mantenemos entre todos. Nos dan los parámetros de lo que no consentirán que nos pase. No vivimos solos en el planeta, y por tanto, nuestra libertad tiene la medida de la libertad de todos.
Con esas premisas por delante, que exista una página pederasta ya atenta a la propia esencia de la Humanidad, puesto que agrede su propio futuro encarnado en esos niños. Tildar como “muestra de amor” lo que es la simple satisfacción de los pantalones es rizar mucho el rizo. Cualquier muestra de amor parte de una persona y llega a otra, que la acepta o no. Un niño de menos de cinco años no puede discernir, no puede opinar, si es que en algún momento el pederasta le ha pedido opinión. Y si no hay una ley específicamente específica, hay otras que se pueden aplicar.
Los delitos nacen más rápido que las leyes que los prohíben, pero eso no significa que no haya muchos resortes jurídicos por los que impedir la carnicería anímica que se ha hecho con el futuro de esos niños.
Por otro lado está la familia de ese niño. Es completamente entendible la rabia, el dolor, el bloqueo emocional. Pero la pregunta surge inevitable: nadie se dio cuenta de nada? Una madre comentaba de Nanysex que había visto sangre en el pañal del niño y enrojecimiento. Entiendo que en primera instancia nadie piense en esa posibilidad, pero no le extrañó, no le pareció suficiente como para investigar?
Lo que se hace con los niños es lo que se hace con el futuro. Ellos son los que llevarán las riendas de todo dentro de 30 años, que es muy poco tiempo.
¿Y aun hay quien promociona la pedofilia como un orgullo?
Texto y fotos: Marga Alconchel
No hay comentarios:
Publicar un comentario