jueves, 6 de agosto de 2015

Massimo Vignelli en el Hub de Barcelona


Los grandes creadores suelen encontrar la esencia de las cosas en la mínima expresión. Massimo Vignelli (1931-2014) nacido en Milán  (Italia) y expandido en New York (EEUU), fue uno de ellos. Genial en la forma de captar de forma elegante y austera aquello que definía la esencia de un producto, tanto si era una línea de aviación como una línea del metro.  Hub, el Museo del Diseño de Barcelona que se ubica en la plaza de las Glorias (con pocas glorias todavía) expone hasta el 31 de agosto una muestra de la obra de este diseñador y de su mujer Lella, arquitectos los dos y cofundadores de Vignelli Associates, que siempre trabajaron en equipo, pese a que ella no figura en ninguna línea.

 Tan convencido estaba él de que la esencia no necesita muchos aparatajes, que solía usar sólo dos colores (rojo y negro) y cuatro tipos de letra (Times, Helvética, Garamond y Bodoni). Tan elegantemente minimalista, que en su gran taller, en el que se podía llegar a hacer incluso confección textil, su espacio era un lugar espartano, diáfano, luminoso y blanco.

La exposición  pasea por sus obras y al mirarlas se tiene la impresión de que realmente, no había manera mejor de plasmar la idea de un producto. Las aerolíneas americanas se identifican absolutamente con su logo y con su águila, que sigue imperecedero desafiando las décadas. Vignelli prescindió del animal (1967), pero la compañía insistió en que debía ir y él aceptó a condición “de que debe ir con todas sus plumas”.

La casa Knoll continua usando el diseño de los Vignelli para toda su comunicación, desde los anuncios hasta el cartelito de los muebles.

El sistema de señalización que diseñó para el metro de New York (1966) marcó una pauta que han seguido todos los metros del mundo, pese a las críticas que recibió por haberse tomado amplias libertades en cuanto a proporciones y símbolos. Él insistió en que los usuarios no necesitaban los detalles milimétricos, sino el perfil y saber la dirección de las líneas. El resultado tuvo tanto éxito, fue (y es) tan claro, tan elegante, tan rápido en la comunicación, que parecía que no podría haber existido de otra manera.

La exposición también recoge sus comentarios, sus frases, un pequeño video y  algunos productos. Y termina con una frase que es toda una filosofía: “La vida es demasiado corta para hacerlo todo”.

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