jueves, 11 de agosto de 2016

Indiana Jones en el Museo Arqueológico

Indiana Jones es el arqueólogo por antonomasia, aunque no sea muy real.



El Museu de Arqueología de Barcelona amaneció con un camión de soldados nazis en la puerta y un hombre con sombrero, cazadora de cuero y látigo  en la cintura. No estaban filmando una película, estaban presentando una exposición sobre las verdades que se esconden en los films de Indiana Jones: “En busca de los tesoros perdidos. Homenaje al arqueólogo cinematográfico Indiana Jones”

La exposición, didáctica, interesante y con la medida exacta para no ser pesada, pasea por los grandes títulos de la serie, explicando lo que hay de verdad y de fantasía en cada una de las propuestas.

La voz simpática y documentada de la inauguración corrió a cargo de Rubén Molins, el coleccionista propietario de las piezas, director de Rubens Productions y alma mater de todo el evento, al que acompañaba Josep Manuel Rueda, director del Museu y promotor de actividades sorprendentes que quieren acercarlo a un público más heterogéneo.


Molins relataba el origen de la serie, las conversaciones entre George Lucas y Steven Spielberg en 1977, cuando ambos descansaban en Hawai de sus respectivos estrenos. Les apetecía hacer algo juntos, y uno propuso que fuera un millonario al estilo James Bond que buscara tesoros. Al otro le apetecía algo más aventurero e informal, y fueron perfilando el personaje del arqueólogo Jones, con cazadora de cuero y sombrero fedora, al que le pusieron el nombre del perro de Lucas, Indiana.

La exposición toma prestados elementos del museo y piezas de la colección personal de Molins, gran conocedor del cine y sus secretos. Entre objetos auténticos y reproducciones (todas identificadas) se descubren los secretos de la Calavera de Cristal, El Ídolo de Oro, El Santo Grial o el Cabezal de Ra. 


A pesar de que Indiana Jones lleva 35 años poniendo en primera plana la Arqueología y cubriendo de aventura su trabajo, muchos se quejan de que desvirtúa su día a día, esa labor científica, minuciosa y lenta de andar con el pincel, las bases de datos y las largas horas de estudio para dar a conocer al público la historia del Hombre. Y repiten que por exigencias del guion se mezclan épocas, pueblos e historias sin ningún rubor.

Molins iba desgranando anécdotas de los rodajes, de las claves y los detalles de muchos films, desde imágenes de los robots R2D2, el grito Wilhelm que desde los años 50 ha servido como muestra de dolor en más de 200 films, o la causa de la famosa escena del espadachín al que Jones mata de un disparo: todo el equipo tenía gastroenteritis y Jones quería acabar rápido.

El director del museo aprovechó para recalcar que la actitud de un arqueólogo real no es la de Jones: ni trata con tanta ligereza los objetos, ni los rompe o los saca de su entorno alegremente, ni del país. Ni se comporta con tanta superficialidad con las personas de otras culturas o creencias.

Algunos de los asistentes repetían que el cine es cine, que todos entendían que Indiana Jones no es real, pero que las películas de aventuras seguían siendo un gran aliciente para llenar las salas de pantalla grande, y que probablemente la facultad de Arqueología habría ganado algún alumno atraído por el sombrero y el látigo tanto como por los cedazos y los archivos llenos de polvo.  

La exposición huye de las vitrinas convencionales de un museo para mostrar las cosas como las tendría Indiana en su almacén: cajas de madera, arena, rótulos… todo espiado por los inevitables malos, los soldados nazis permanentemente en busca de tesoros esotéricos. Ocupa 115 m2, la superficie perfecta para trasladarse embalada y seguir periplo por otros museos, otras aventuras y otros públicos.


Jones apareció en las pantallas hace 35 años recuperando la magia de las películas de aventuras, de los conceptos de buenos y malos, de salvadores de pueblos indígenas, de arqueólogos guardianes de todos los secretos, de Museos dispuestos a mostrarlos al mundo. Y en las escenas de su otra vida aparentemente aburrida de profesor nos dejó a todos el regusto de que la aventura siempre es posible...

La exposición permanecerá en la ladera de la montaña de Montjuic, en la entrada del Museu Arqueológico de Barcelona, hasta el próximo 25 de septiembre.

Video promocional de Rubens Productions (2’43’’): https://www.facebook.com/156044991085497/videos/148120311912160/




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Manel Royo lo compartió en fb

Anónimo dijo...

Hola,

Se agradece la noticia. Muy completa y elaborada. BUEN TRABAJO!

Un saludo

Ruben Molins

rubens.produccions@hotmail.com
www.facebook.com/rubens.produccions