




Paulo Coelho de Souza es un autor brasileño nacido en Rio de Janeiro en 1947 y afincado en Suiza desde 2006. Sus obras se han vendido en más de 150 países, ya han alcanzado los 200 millones de ejemplares y se han traducido a 81 idiomas. Ha conseguido varios galardones internacionales, colabora con la Unesco y desde 2002 es miembro de la Academia Brasileña de las Letras (sillón 21).

Pese a ser un autor de éxito, literariamente
se le considera un autor menor, por sus construcciones gramaticales simples, sus
evidentes influencias de otros autores, sus citas frecuentes de la Biblia, las
Mil y Una Noches o el Mahbarata. Sin embargo, ha sabido construir una forma de
comunicar mensajes sencillos de autoayuda y de esoterismo fácil que llega a
millones de personas, que son sus lectores fieles.
Naturalmente, como autor pone algo de sí
mismo en cada escena o párrafo o pensamiento de Once Minutos, y en muchos puntos da la impresión de que expresa más
sus elucubraciones o sus fantasías que un pensamiento verosímil de la idiosincrasia de algún personaje. Sin embargo, el autor comenta al final de esta novela que está basada en la vida real de una prostituta, y que los comentarios
de sus compañeras y la vida que refleja del local donde trabajan corresponde
bastante a la situación real.
Es difícil pensar que una mujer que se
trabaja tres clientes cada noche cinco noches por semana no haya tenido ni un
encuentro difícil, ni un daño físico, ni una enfermedad y tenga ánimos al día
siguiente para ir a la biblioteca, estudiar, formarse…
Hay una situación en la obra que resulta
tópica: un cliente con aficiones de sadismo, una sesión consentida (dinero
manda) y la conclusión del autor de que la verdadera liberación de una mujer es
ser inmovilizada con cuerdas, humillada y azotada con un látigo. Que por
supuesto, en esa situación conseguirá un placer descomunal y que la verdadera
víctima es el del látigo, que es que no sabe expresarse mejor. En muchas
páginas da la impresión de que se están paseando las fantasmagorías del autor.
250 páginas después la obra termina con un
canto de esperanza, y de la manera clásica cuando se trata de este tema: un
cliente acaba enamorado de ella.