martes, 11 de septiembre de 2018

Pequeñas infamias


Carmen Posadas es la autora de esta novela, cuyo eje es un cocinero muerto en una cámara congeladora al que nadie ha matado. Todos le odian o le temen por lo que sabe de cada uno de ellos, todos le quieren muerto, nadie lo ha hecho pero tampoco lo han evitado… por pura casualidad. 

Con un estilo preciosista e impecable, con ritmo e intriga, Carmen Posadas se pasea entre un grupo de personajes con sus miserias, sus condicionantes y sus vidas perfectamente presentables, en la línea de Agatha Christie. La autora hace un recorrido por las características de la sociedad actual, las casualidades, las coincidencias, la necesidad de triunfar que se vea, el terrible pánico al qué dirán.

El título define perfectamente el comportamiento de los personajes que deambulan por la novela, las vilezas que afectan a su buen nombre, las maldades descubiertas, la fama ensuciada, y el temor a las consecuencias del descrédito.

A lo largo de poco más de 300 páginas desfilan las  biografías y las miserias de los distintos personajes, las sospechas de unos sobre otros, la necesidad obsesiva de impedir que sus pequeñas infamias salgan a la luz.
 
Carmen Posadas es uruguaya, nacida en 1953 en Montevideo, hija de un diplomático. Afincada en Madrid desde 1965, antes residió con su familia en Moscú, Buenos Aires y Londres. Su carrera literaria comenzó escribiendo para niños y ganando el premio del Ministerio de Cultura del mejor libro infantil de 1984. Además de novelas, ha escrito relatos cortos, ensayos, guiones de cine y televisión.

Sus novelas han sido traducidas a 23 idiomas y se publican en 40 países. Ha obtenido el premio Apel.les Mestres de Literatura infantil y el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid.

Pequeñas infamias ganó el premio Planeta de 1998, dotado entonces con 50  millones de pesetas. Fue la séptima mujer en conseguirlo, y presentó la obra bajo el seudónimo como autora de Delmira Ilbarbouru, y con el seudónimo de título El peso del ayer. Preguntada por su obra dijo que “se puede leer en clave de intriga, pero admite diversas lecturas e incluye cierta sátira social”.

Sobre el peso que tiene la casualidad en el contenido, comentó: “cuando estaba escribiéndola me encontré en una especie de punto muerto, no sabía continuar, y entonces e encontré un grafito en el que había una frase de Santa Teresa: ‘nada te asuste, nada te espante…’ Luego me enteré de que el premio se entregaba en el día de santa Teresa… y la novela habla de las casualidades en nuestra vida…”



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