domingo, 20 de julio de 2025

Mamut, la cámara fotográfica más grande del mundo

 
Lawrence de pie en el objetivo de su cámara
George Raymond Lawrence recibió el encargo de la compañía Chicago & Alton Railway de fotografiar su tren estrella, el Alton Limitad, en una sola toma. Así que ideó la cámara fotográfica más grande del mundo, que fue construida en Chicago. La llamó Mammoth (mamut). Era el año 1900.
 
Una vez ideada sobre papel, necesitaba concretar los materiales y la forma de construirla. Esa fue la parte de J.A. Anderson, que usó su propia empresa para hacerla realidad. Era de madera de cerezo, con dos pantallas de enfoque de celuloide translúcido en la parte posterior montadas sobre rieles para ajustar el movimiento.
 
Porqué esa foto?
 
En 1899 la compañía había construido un tren al que llamaba “El tren más maravilloso del mundo”. Querían una gran fotografía para mostrarlo al mundo. Contactaron con Lawrence, que en 1891 había abierto un estudio de fotografía y ya era conocido por sus imágenes técnicamente complejas, desde aéreas a panorámicas.  
 
La primera opción fue hacer varias tomas y unirlas en el revelado, pero los propietarios del tren querían una imagen entera, sin añadidos. Y Lawrence propuso construir la cámara más grande del mundo para hacer la fotografía más grande del mundo al tren más bonito del mundo.
 
Además de la cuestión publicitaria, la compañía quería participar en la Exposición Universal de París de 1900. Y consideró que esa foto sería un gran reclamo, y por muy alto que fuera el coste, sería menor que trasladar el tren a Europa.
 
La fabricación
 
Tardaron dos meses y medio en construirla. La cámara medía, totalmente extendida, seis metros de largo, y era basculante en los dos extremos. Llevaba un fuelle de goma reforzado con piezas de madera de cerezo de 6 mm. de grueso en los pliegues, forrado de tela negra en su interior y disponía de cerrojos adicionales para evitar la entrada de luz. Estaba dividida en cuatro secciones, con unas ruedas de acero sobre rieles para poder trasladarla y extender el fuelle. Para fabricar el fuelle fueron necesarios 150 litros de cola blanca y 150 metros de madera.
 
Además, construyó una única placa de vidrio con sales de plata de 2,5 x 1,2 metros. Tenía una cortina deslizante de siete metros cuadrados de superficie, con un grueso de 0,9 cm. Estaba protegida con tres capas de material para evitar la entra da luz.
 
La cámara en sí pesaba 400 kg, y con todos sus complementos llegaba a los  635 kg. Costó cinco mil dólares (una auténtica fortuna para la época) y necesitaba quince personas para hacerla funcionar.
 
La cámara
 
Un gran problema era que entrara polvo en la placa de exposición y que el resultado quedara sucio. Para evitarlo, un operario se encerró dentro de la cámara, puso un vidrio de rubí ante la lente para crear un cuarto oscuro, destapó la placa, la limpió, la volvió a tapar y salió de la cámara. Desde el exterior se podía controlar la cortina de protección y evitar que entrara polvo durante el viaje.

Otro problema fueron las lentes, de Carl Zeiss. Nunca se habían hecho tan grandes, se construyeron en Sant Louis, recubiertas a mano, a un coste de 1.800$ la docena. La gran angular tenía un focal de 1,6 metros, había otra telescópica con una focal equivalente a tres metros.
 
Hacer la foto
 
La cámara fue transportada en tren, en un vagón de carga plano, y después, trasladada a una furgoneta preparada y tirada por caballos, que la llevaría a Brighton Park, a unos 10 km. de Chicago. Luego la desplazaron 400 metros más a un punto en campo abierto donde tenía mejor visibilidad sobre el tren, detenido a distancia.

Para instalarla, prepararla, preparar el enfoque y disparar la foto hicieron falta seis hombres, dirigidos por Lawrence.
 
Se hizo una única exposición de dos minutos y medio, utilizando una placa isocromática para conseguir los colores del tren. Se obtuvo un negativo perfecto, la mayor imagen hecha nunca en una placa. Hizo la fotografía e imprimió tres copias, que necesitaron 18 litros de líquido revelador y un equipo de ocho personas dentro del cuarto oscuro.
 
Las tres copias se enviaron a París, y quedaron expuestas en el pabellón de los Estados Unidos, en la exposición de Ferrocarriles y en la de fotografía. Fue recibida con escepticismo porque nadie sabía que existiese una cámara capaz de crear semejante imagen. Hasta el punto de que el consulado francés en New York se desplazó a Chicago a comprobar la existencia de la máquina y su funcionamiento. Comprobado que todo era cierto, a Lawrence se le concedió el Premio Mundial a la Excelencia Fotográfica.
 
Publicidad
 
La cámara y su foto fueron empleados en campañas publicitarias, que anunciaban la imagen como La fotografía más grande del mundo para el tren más hermoso del mundo.
J.A. Anderson, el constructor, envió una carta a distintos medios de comunicación: “Estimado señor, me place enviaros la nota de la que creo es la cámara más grande del mundo. Está construida para permitir la exposición cumplida de una placa de 1,4m. x 2,4m. y contiene todos los adelantos que una cámara puede tener hasta el momento, teniendo giro de ascenso frontal y posterior y un dorso rígido como el de una cámara pequeña para evitar vibraciones durante la exposición.
 
En la construcción de los cuatro fuelles había más de 45 metros de goma negra, que permiten un foco extremo de 4,5 metros y que se puede plegar hasta los 0,9 metros. El apoyo es una cortina y aun utiliza 15 metros de madera de 12,7 cm x 20,3 cm. Está hecha para trabajar tan fácilmente, que un chico de catorce años no tendría problemas en utilizarla.
 
Como el uso del vidrio esmerilado para enfocar seria torpe y se podría romper, se han hecho dos marcos que permiten deslizar detrás de la cámara, y donde las tiras de celuloide crean un sustituto satisfactorio para el vidrio esmerilado.
 
La cámara fue diseñada y construida por mí mismo. J.A. Anderson. Chicago”.
 
Otras fotos
 
Lawrence, apasionado por los retos tecnológicos, obtuvo fotos aéreas de San Francisco después del terremoto de 1906. Era una panorámica de 160 grados tomada a 600 metros de altura. Fue una sola toma, hecha con una  cámara que pesaba 22 kg. y usaba una placa de celuloide de 43 x 122 cm. Las copias se vendieron a 125 dólares, lo que le dio un beneficio de 15.000 dólares.
 
San Francisco después del terremoto de 1906

Para conseguirlo, fabricó una cadena de 16 cometas atadas a una cuerda de piano, que mantenían la cámara suspendida en el aire montada en un mecanismo estabilizador.

Cámara

Dieciséis cometas


Cámara suspendida
 
Cuando ya tenía la cámara más grande del mundo, Lawrence también la usó para sacar la foto de grupo más grande del mundo.

La foto de grupo más grande del mundo

El fotógrafo
 
George Raymond Lawrence
George Raymond Lawrence (1868-1938) abrió un estudio de fotografía en 1891, The Lawrence Portrait Studio, con el fotógrafo Irwin W. Powell. Estaba obsesionado por la iluminación artificial en fotografía. En esa época, los fotógrafos utilizaban cloruro de magnesio, pero los bomberos lo prohibieron en grandes reuniones porque había peligro de explosión. 
 
Probó combinaciones de varias sustancias para obtener una potente fuente de luz, sufrió quemaduras en pelo, cejas y bigote, se dañó los tímpanos y provocó algunas explosiones. Y consiguió desarrollar la fórmula de magnesio que buscaba, que generase “más luz y menos humo”.
 
Desarrolló un sistema de torres portátiles conectadas por circuitos eléctricos que generasen chispas simultáneamente que encendieran el material, con una bolsa colocada sobre la luz para recoger el humo después de cada fogonazo. Llegó a ser conocido como “el padre de la fotografía con flash” para interiores, y era apodado Flashlihgt Lawrence.
 
Fue muy solicitado para fotografiar grandes banquetes y asambleas en interiores, y llegó a desarrollar una cámara panorámica para banquetes, que mantuviera las proporciones de todos los asistentes. Esas imágenes fueron las que motivaron a la compañía Chicago & Alton para solicitarle la imagen de su tren.
 
Experimentó también con la fotografía aérea desde globos para conseguir panoramas urbanos. En una de las pruebas el globo se soltó, el fotógrafo y su cámara cayeron desde 60 metros, pero fueron frenados a quince metros del suelo por los cables del teléfono. Tuvo un segundo accidente con otro globo y decidió trabajar con cometas y globos no tripulados.

Y para definirse, él mismo comentaba: Nunca he comenzado algo que no haya terminado.

La foto más grande del mundo del tren más hermoso del mundo


lunes, 7 de julio de 2025

Las palomas fotógrafas


Antes de que existieran los drones con cuatro rotores, existieron las palomas fotógrafas. Eran palomas mensajeras con un arnés y una cámara automática, que iba tomando fotografías durante el vuelo. Corría el año 1907.

Eran cámaras pequeñas y ligeras.  A las aves se les entrenaba para cargar la cámara con su arnés y no arrancárselo. A pesar del sentido de la orientación de ellas, resultaba muy complejo poder establecer controles sobre la posición, velocidad y dirección del vuelo.

El inventor y la patente

Julius Neubronner era un químico alemán nacido en 1852, utilizaba palomas mensajeras para entregar medicamentos en el negocio familiar de farmacia, tal como había visto hacer a su padre Wilhelm medio siglo antes, cuando enviaba prescripciones médicas a un sanatorio mediante palomas mensajeras, e incluso cargaban medicinas que no sobrepasasen los 75 gramos. 

Una de sus palomas se perdió, y reapareció un mes más tarde, en perfecto estado y bien alimentada. Ahí empezó a pensar en ponerles una cámara para saber por dónde andaban. Tiempo después supo que había estado “alojada” en la casa del chef de un restaurante de Wiesbaden.

Lo de las palomas “trabajadoras” no era una idea nueva, se usaban desde el s. XIX para entregar mensajes y pequeños objetos incluso en tiempo de guerra. En la guerra franco-prusiana de 1870, las palomas de París realizaron 50.000 entregas de telegramas microfilmados. En un experimento de 1889, la Technical Society rusa tomó fotos desde un globo aerostático y envió los negativos de colodión con palomas mensajeras.

Aprovechando su sentido de la orientación y la fuerza de su musculatura, Neubronner les colocó un arnés sujeto con cintas de piel y una ligera cámara fotográfica de 4 centímetros. Quiso patentar el invento, pero no se lo aceptaron porque no creían que una paloma pudiera cargar con ese peso, hasta que vieron una colección de fotografías y aceptaron que el invento era útil. Quedó patentado en diciembre de 1908 bajo el título “Método y medios para tomar fotografías del paisaje desde el cielo”.

A partir de ahí, promocionó su invento en el Dresden International Photographic Exhibition de 1909, donde el público pudo comprobar que las palomas iban, volvían y habían hecho fotos. E incluso vendió algunas imágenes como postales en 1910 en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget

Y hasta hubo polémica, cuando en una de las fotos aparecía una parte del ala de una paloma y la imagen fue exhibida en 1929 en los cines alemanes, incumpliendo los derechos de autor, dentro del cortometraje semanal newsreel.

También tuvo que enfrentarse a burlas: la prensa gala proponía usar patos, que podían transportar más peso, y de paso, que les dieran clases en la Sorbona para que supieran en qué momento el paisaje tendría interés militar. Los ingleses aseguraron que las palomas harían trabajos periodísticos persiguiendo una noticia.
Cámara de Neubronner
Al poco tiempo estalló la Primera Guerra Mundial y se consideró que tenían potencial para reconocimiento aéreo, pero se valoró más el construir palomares móviles y emplearlas para llevar mensajes.

La batalla de Verdún

Durante la Primera Guerra Mundial, la batalla de Verdún (21 de febrero hasta el 18 de diciembre de 1916) entre franceses y alemanes, fue considerada la más sangrienta. Fallecieron 714.231 personas, a un ritmo de 70.000 cada mes.

Imagen de una trinchera
Unos de los protagonistas de los que se habla poco fueron las llamadas “palomas-cámara”. Las cámaras sujetas a globos se perdían y alguien recordó que las que iban sujetas a palomas siempre volvían. El ejército prusiano convocó a Neubronner, se usaron sus palomas y los franceses no lo descubrieron hasta que una de ellas cayó abatida y le encontraron la cámara atada al pecho.

El ejército galo enseguida entrenó sus propios animales, y para el final de la batalla ya contaban con doce palomares entrenados. Años después, las imágenes obtenidas fueron expuestas en el Museo del Espionaje de Washington.

Cómo funciona

Patente de Neubronner 
Neubronner  construyó una pequeña cámara con la forma del pecho de una paloma, que se pudiera sujetar con un arnés  y una coraza de aluminio. Hizo prototipos de madera de 30 gramos de peso y entrenó a las palomas para volar con ellas. El siguiente paso fue llevarla a 100 km. de su casa, ponerle la cámara y soltarla. La paloma, acostumbrada al entrenamiento, sabía que cuando llegase a casa le quitarían el peso, así que volaba por la ruta más corta y a 50 metros del suelo. La cámara llevaba un sistema neumático que controlaba el tiempo de disparo, y para su comodidad, el palomar disponía de un gran espacio de entrada y un tablero de aterrizaje.

Con el tiempo, Neubronner patentó cinco modelos de cámara, tal como explicó en un pequeño libro editado en 1909:

Cámara doble. En el gráfico se observa el modelo patentado de una cámara con dos lentes, y el sistema neumático. Se inflaba la cámara de la izquierda, y a medida que el aire se escapaba lentamente por la parte baja, el pistón se movía hacia atrás y activaba el disparador.

Esta cámara con dos lentes apuntaba delante y detrás, con una distancia focal de 40 mm. Tenía un único disparador focal plano y podía tomar dos exposiciones simultáneamente en una misma placa fotográfica.

Cámara estereoscópica. Muy similar a la anterior, pero las dos lentes apuntaban en la misma dirección.

Cámara para varias fotos. Equipada con un pequeño rollo para poder hacer varias exposiciones seguidas.

Cámara con fuelle
. Tenía un pequeño mecanismo de tijera que mantenía el fuelle expandido hasta que se tomaba la foto y después lo replegaba. Permitía una exposición de 6x9 cm. con una lente focal de 85 mm.

Cámara panorámica. La lente podía rotar 180º y captaba una imagen en una película de 3x8 cm. Quiso comercializar este modelo en 1910 y creó la Doppel-Spot Panoramic Camera, pero nunca alcanzó una gran producción.

En las últimas informaciones que facilitó de sus cámaras, en 1920, aseguró que había logrado un modelo de 40 gramos de peso que podía tomar 12 fotos. Pese a que no dio muchos datos técnicos, un investigador averiguó que había usado una película de ADOX, con un ASA de 25, equivalente a 15 DIN y uno de 40, equivalente a 17 DIN y una velocidad de obturación de 1/60 a 1/100 s. La película había sido cortada en formato de 30x60 mm. Y doblada de forma cóncava para prevenir deformidades por el movimiento de la lente.

El invento fue aprovechado para usos militares en la segunda guerra mundial. Tenían la ventaja, por encima de los aviones, de volar más bajo y hacer fotografías de detalle. Las palomas tuvieron que demostrar que no les asustaban las explosiones. Sin embargo, por necesidades estratégicas, a veces les cambiaban el palomar de lugar, y tardaban en reubicarse y localizarlo. Lo solucionaron llevándolas siempre en palomares móviles con colores llamativos desde los que las hacían salir. Neubronner aprovechó apara añadir al palomar un cuarto oscuro donde revelas las imágenes.

Como recompensa a su investigación y sus logros, su cámara panorámica se exhibe en el Museo de la Tecnología Alemana en Berlín y en el Deutsch Museum de Múnich.

Hay un espacio en el Museo Internacional del Espionaje, en Washington, para las palomas fotógrafas y sus imágenes de la Primera Guerra Mundial.

Segunda etapa

En 1930, en Walde, Christian Adrian Michel, relojero suizo de Schiltwald, en el valle de Ruedertal, desarrolló modelos de cámaras por encargo del ejército suizo, que lo había asignado al servicio de palomas con carga. 

Trabajó modificando la cámara panorámica de Neubronner para filmar con películas de 16 mm. y adaptarle un mecanismo de control para transportar la película.
Consiguió la patente en 1937. Tenía un temporizador hecho con un mecanismo de reloj y pesaba 70 gramos. Pese a que se consideró un buen invento, no consiguió un fabricante para grandes producciones, y solamente se fabricaron 100 unidades. 
También patentó un armazón y un arnés para que las palomas transportaran rollos fotográficos, pero tampoco tuvieron mucho éxito. Tres de sus cámaras fueron subastadas en Londres por Christie’s en 2002.

Durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes aseguraron que habían conseguido cámaras que tomaban 200 imágenes en cada vuelo, mientras los franceses aseguraron que habían desarrollado cámaras de filmación usadas por aves que eran transportadas al otro lado de las líneas enemigas en jaulas transportadas por perros entrenados.

La mayor operación con palomas fotógrafas se realizó en abril de 1941, contando con centenares de colombófilos británicos que usaron sus ejemplares para espiar al otro lado de las líneas.

En 1942, los rusos descubrieron camiones alemanes abandonados con palomas con cámaras que podían tomar varias fotos en intervalos de cinco minutos, y que eran transportadas dentro de cestas por perros.

En Vevey (Suiza), el Musée suisse de l’appareil photographique tiene una colección de 1.000 fotografías tomadas con la cámara de Michel. Fueron hechas con una película Agfa, con un ISO 8/10º. El formato es de 10x34 mm. Hizo una exposición en 2007 bajo el título Des pigeon photographes? (Las palomas fotógrafas?)

Trabajos más recientes

La CIA norteamericana desarrolló una cámara especial con batería de mayor duración específicamente para el espionaje con palomas, que ahora se exhibe en su museo. Parece que en los años 70 se lanzaron palomas con cámaras desde aviones, pero no funcionó. Toda la información sobre esos diseños continúa siendo información clasificada después de medio siglo. 

La información que sí ha permitido conocer la CIA en 2018 habla de la Operación Tacana, realizada a partir de investigaciones de la década de los 60 para el uso de animales espía. Las palomas-cámara fueron “armadas” con una mini cámara de alta definición, de 35 gramos de peso y 2.000$ de coste. Fueron enviadas a los astilleros de Leningrado, donde los soviéticos construían sus más sofisticados submarinos.

La revista sueca L’Illustré publicó en 1978 una fotografía aérea tomada por una paloma con una cámara de mecanismo hidráulico. En los años 80, Rolf Oberländer hizo algunas réplicas de la cámara Doppel-Sport; una de ellas está en el museo de Vevey.

Nicolo Degiorgis, Audrey Solomon y Joan Fontcuberta decidieron publicar en 2018 un álbum sobre el tema: “Empezamos  escanear las fotografías que estaban en el Museo Alemán de la Técnica y creamos el álbum “la paloma fotógrafa”. En él se incluye un ensayo de Fontcuberta sobre la evolución de la fotografía aérea y la comparación entre palomas y drones.

El artista Amos Latteier realizó en 2002 una fotografía con una paloma usando el sistema APS (Advanced Photo System) y cámaras digitales. 

En 2004 la BBC probó a poner pequeñas cámaras de TV en halcones y azores, e incluso hay un colectivo de aficionados que utilizan crittercams, cámaras colocadas en animales salvajes que popularizó National Geographic.

Como curiosidad añadida, el autor Evelio Traba publicó en 2024 una novela histórica juvenil llamada Las palomas fotógrafas, en la que narraba acontecimientos de la Primera Guerra Mundial desde el punto de vista de una paloma fotógrafa.
Postal con una paloma fotógrafa 

jueves, 3 de julio de 2025

El demonio y la señorita Prym

Es una novela de Paulo Coelho publicada en el año 2000, que navega por los conflictos entre el bien y el mal dentro de cada persona. El argumento trata de un pequeño pueblo, con habitantes que se conocen y tienen las afinidades, miserias y rencores habituales después de años de vivir cerca. Un visitante les ofrece la posibilidad de acceder a un lote de diez lingotes de oro a cambio de matar a una persona sin consecuencias legales. Se trata de que escojan un vecino cualquiera y lo maten. A cambio, tendrán dinero suficiente para toda su vida, sin más problemas.

Paulo Coelho de Souza es escritor brasileño de una treintena de títulos, siendo el de mayor éxito El Alquimista. Ha vendido en total más de 300 millones de libros. Tiene millones de seguidores en las redes y ha recibido varios premios. Muy introducido en cuestiones espirituales es Consejero Especial de la Unesco para Convergencia Espiritual y Diálogos Interculturales.

En su adolescencia se negó agresivamente a seguir los pasos de su padre y estudiar ingeniería, prefiriendo la literatura, el teatro, el periodismo y la vida hippie. La familia lo ingresó en un psiquiátrico donde recibió varias sesiones de electroshock. No se solucionó el problema y pasó por la consulta de otro psiquiatra. Muchos años después volcó estas experiencias en una trilogía a la que llamó “Y el séptimo día”, formada por las obras A orillas de rio Piedra me senté y lloré, Veronika decide morir, y El demonio y la señorita Prym.

Plaza Prim del Poblenou de Barcelona

Viscos

La obra está redactada en el tono reflexivo habitual de Coelho, de introspección, de análisis de las conductas a partir del resorte interior que las origina. Como anécdota, el nombre del pueblo (Viscos) corresponde a una población francesa que visitó el escritor, y el nombre de la protagonista, Prym, es en recuerdo de la plaza Prim del barrio barcelonés del Poblenou.

El protagonista reflexiona a lo largo de 200 páginas sobre sus propios contenidos, sus dolores, su voluntad. Sobre su duda de si el hombre es intrínsecamente bueno o malo. Cree que si aceptan su propuesta, demostrarán que el hombre es malo por naturaleza. 

Su némesis, una mujer joven del pueblo, ofrece el contrapunto, valorando el bien y el mal inherente a cada persona, la lucha que todos llevamos, la posibilidad de huir de ese ambiente pueblerino y reducido, el anhelo de solucionar su vida para siempre sin mirar atrás, y el freno ético de haberlo conseguido con un crimen.

Se cruzan todos los intereses de cada uno de los vecinos, desde mejorar el hotel y atraer visitantes, huir a algún lugar lejano y la clásica pugna de poder entre el alcalde, el sacerdote, el jefe de policía…

Y entre unos y otros va surgiendo la figura de la víctima propiciatoria, la persona ideal para ser asesinada: la vecina mayor y sola. Falta decidir si realmente lo van a hacer y en caso de decidir que sí, quienes lo harán, porque igual que el beneficio será para el pueblo, el crimen también será colectivo.