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Lawrence de pie en el objetivo de su cámara |
George
Raymond Lawrence recibió el encargo de la compañía
Chicago & Alton Railway de fotografiar su tren estrella, el Alton Limitad,
en una sola toma. Así que ideó la cámara fotográfica más grande del mundo, que
fue construida en Chicago. La llamó Mammoth (mamut). Era el año 1900.
Una vez ideada sobre papel, necesitaba
concretar los materiales y la forma de construirla. Esa fue la parte de J.A.
Anderson, que usó su propia empresa para hacerla realidad. Era de madera de
cerezo, con dos pantallas de enfoque de celuloide translúcido en la parte
posterior montadas sobre rieles para ajustar el movimiento.
Porqué
esa foto?
En 1899 la compañía había construido un tren
al que llamaba “El tren más maravilloso del mundo”. Querían una gran fotografía
para mostrarlo al mundo. Contactaron con Lawrence, que en 1891 había abierto un
estudio de fotografía y ya era conocido por sus imágenes técnicamente
complejas, desde aéreas a panorámicas.
La primera opción fue hacer varias tomas y
unirlas en el revelado, pero los propietarios del tren querían una imagen
entera, sin añadidos. Y Lawrence propuso construir la cámara más grande del mundo para hacer la fotografía más grande del
mundo al tren más bonito del mundo.
Además de la cuestión publicitaria, la
compañía quería participar en la Exposición Universal de París de 1900. Y
consideró que esa foto sería un gran reclamo, y por muy alto que fuera el
coste, sería menor que trasladar el tren a Europa.
La
fabricación
Tardaron dos meses y medio en construirla. La
cámara medía, totalmente extendida, seis metros de largo, y era basculante en
los dos extremos. Llevaba un fuelle de goma reforzado con piezas de madera de
cerezo de 6 mm. de grueso en los pliegues, forrado de tela negra en su interior
y disponía de cerrojos adicionales para evitar la entrada de luz. Estaba
dividida en cuatro secciones, con unas ruedas de acero sobre rieles para poder
trasladarla y extender el fuelle. Para fabricar el fuelle fueron necesarios 150
litros de cola blanca y 150 metros de madera.
Además, construyó una única placa de vidrio con
sales de plata de 2,5 x 1,2 metros. Tenía una cortina deslizante de siete
metros cuadrados de superficie, con un grueso de 0,9 cm. Estaba protegida con
tres capas de material para evitar la entra da luz.
La cámara en sí pesaba 400 kg, y con todos
sus complementos llegaba a los 635 kg. Costó
cinco mil dólares (una auténtica fortuna para la época) y necesitaba quince
personas para hacerla funcionar.
La
cámara
Un gran problema era que entrara polvo en la
placa de exposición y que el resultado quedara sucio. Para evitarlo, un
operario se encerró dentro de la cámara, puso un vidrio de rubí ante la lente
para crear un cuarto oscuro, destapó la placa, la limpió, la volvió a tapar y
salió de la cámara. Desde el exterior se podía controlar la cortina de
protección y evitar que entrara polvo durante el viaje.
Otro problema fueron las lentes, de Carl
Zeiss. Nunca se habían hecho tan grandes, se construyeron en Sant Louis,
recubiertas a mano, a un coste de 1.800$ la docena. La gran angular tenía un
focal de 1,6 metros, había otra telescópica con una focal equivalente a tres
metros.
Hacer
la foto
La cámara fue transportada en tren, en un
vagón de carga plano, y después, trasladada a una furgoneta preparada y tirada
por caballos, que la llevaría a Brighton Park, a unos 10 km. de Chicago. Luego
la desplazaron 400 metros más a un punto en campo abierto donde tenía mejor
visibilidad sobre el tren, detenido a distancia.
Para instalarla, prepararla, preparar el
enfoque y disparar la foto hicieron falta seis hombres, dirigidos por Lawrence.
Se hizo una única exposición de dos minutos y
medio, utilizando una placa isocromática para conseguir los colores del tren.
Se obtuvo un negativo perfecto, la mayor imagen hecha nunca en una placa. Hizo
la fotografía e imprimió tres copias, que necesitaron 18 litros de líquido
revelador y un equipo de ocho personas dentro del cuarto oscuro.
Las tres copias se enviaron a París, y
quedaron expuestas en el pabellón de los Estados Unidos, en la exposición de
Ferrocarriles y en la de fotografía. Fue recibida con escepticismo porque nadie
sabía que existiese una cámara capaz de crear semejante imagen. Hasta el punto
de que el consulado francés en New York se desplazó a Chicago a comprobar la
existencia de la máquina y su funcionamiento. Comprobado que todo era cierto, a
Lawrence se le concedió el Premio Mundial a la Excelencia Fotográfica.
Publicidad
La cámara y su foto fueron empleados en
campañas publicitarias, que anunciaban la imagen como La fotografía más grande del mundo para el tren más hermoso del mundo.
J.A. Anderson, el constructor, envió una
carta a distintos medios de comunicación: “Estimado
señor, me place enviaros la nota de la que creo es la cámara más grande del
mundo. Está construida para permitir la exposición cumplida de una placa de
1,4m. x 2,4m. y contiene todos los adelantos que una cámara puede tener hasta
el momento, teniendo giro de ascenso frontal y posterior y un dorso rígido como
el de una cámara pequeña para evitar vibraciones durante la exposición.
En
la construcción de los cuatro fuelles había más de 45 metros de goma negra, que
permiten un foco extremo de 4,5 metros y que se puede plegar hasta los 0,9
metros. El apoyo es una cortina y aun utiliza 15 metros de madera de 12,7 cm x
20,3 cm. Está hecha para trabajar tan fácilmente, que un chico de catorce años
no tendría problemas en utilizarla.
Como
el uso del vidrio esmerilado para enfocar seria torpe y se podría romper, se
han hecho dos marcos que permiten deslizar detrás de la cámara, y donde las
tiras de celuloide crean un sustituto satisfactorio para el vidrio esmerilado.
La
cámara fue diseñada y construida por mí mismo. J.A. Anderson. Chicago”.
Otras
fotos
Lawrence, apasionado por los retos
tecnológicos, obtuvo fotos aéreas de San Francisco después del terremoto de
1906. Era una panorámica de 160 grados tomada a 600 metros de altura. Fue una
sola toma, hecha con una cámara que
pesaba 22 kg. y usaba una placa de celuloide de 43 x 122 cm. Las copias se
vendieron a 125 dólares, lo que le dio un beneficio de 15.000 dólares.
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San Francisco después del terremoto de 1906 |
Para conseguirlo, fabricó una cadena de 16 cometas atadas a una cuerda de piano, que mantenían la cámara suspendida en el aire montada en un mecanismo estabilizador.
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Dieciséis cometas |
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Cámara suspendida |
Cuando ya tenía la cámara más grande del
mundo, Lawrence también la usó para sacar la foto de grupo más grande del
mundo.
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La foto de grupo más grande del mundo |
El
fotógrafo
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George Raymond Lawrence |
Probó combinaciones de varias sustancias para
obtener una potente fuente de luz, sufrió quemaduras en pelo, cejas y bigote,
se dañó los tímpanos y provocó algunas explosiones. Y consiguió desarrollar la
fórmula de magnesio que buscaba, que generase “más luz y menos humo”.
Desarrolló un sistema de torres portátiles
conectadas por circuitos eléctricos que generasen chispas simultáneamente que
encendieran el material, con una bolsa colocada sobre la luz para recoger el
humo después de cada fogonazo. Llegó a ser conocido como “el padre de la
fotografía con flash” para interiores, y era apodado Flashlihgt Lawrence.
Fue muy solicitado para fotografiar grandes
banquetes y asambleas en interiores, y llegó a desarrollar una cámara
panorámica para banquetes, que mantuviera las proporciones de todos los
asistentes. Esas imágenes fueron las que motivaron a la compañía Chicago &
Alton para solicitarle la imagen de su tren.
Experimentó también con la fotografía aérea
desde globos para conseguir panoramas urbanos. En una de las pruebas el globo
se soltó, el fotógrafo y su cámara cayeron desde 60 metros, pero fueron
frenados a quince metros del suelo por los cables del teléfono. Tuvo un segundo
accidente con otro globo y decidió trabajar con cometas y globos no tripulados.
Y para definirse, él mismo comentaba: Nunca he comenzado algo que no haya
terminado.
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