12 octubre 2025

Los derechos de autor de un macaco

 

Un macaco paseaba por el bosque, vio una cámara fotográfica, le llamó la atención y toqueteándola se hizo algunas fotos. El fotógrafo dueño de la cámara escogió la mejor y la publicó. Al final hubo hasta demandas judiciales. Esta es la historia:

El fotógrafo

David J. Slater es un fotógrafo británico de Naturaleza, aventurero y ganador de ocho premios internacionales. Nació en la ciudad industrial de Blackburn (Lancashire, Inglaterra), y empezó a fotografiar naturaleza a los 14 años.
Obtuvo un doctorado en Ciencias de la Tierra por la Universidad de Leds, y estuvo cinco años estudiando las erupciones volcánicas para una investigación postdoctoral.

En 1996 abandonó las teorías y retomó la fotografía de Naturaleza. Ha viajado por todas las selvas tropicales realizando trabajos para grupos conservacionistas. También ha trabajado cerca de volcanes activos, reparando motores de camión o practicando como escalador extremo.
En cuanto a comunicación, da charlas, ha escrito varios libros y participa en programas y documentales de televisión y radio.

La mona y la foto

La otra protagonista de esta historia es una hembra de macaco negro crestado (Macaca nigra), con los ojos color ámbar. Vive en la Reserva Natural Tangkoko, de Sulawesi, en Indonesia. Es un bosque especial, porque en él viven siete especies de macacos en peligro de extinción.

En 2011 Slater viajó a la reserva, y después de dos días caminando por el bosque y relacionándose con los macacos, se dio cuenta de que tenían curiosidad por tocar sus cosas. Así que instaló una cámara fotográfica en el suelo sobre un trípode, a su altura.

Una hembra se acercó sonriendo (o enseñando los dientes a la manera macaco), tocó ese objeto por varios lugares, acertó con el disparador, y se oyó un clic. Parece que le hizo gracia y disparó un par de veces más. Luego, ya que ese objeto no era comestible y encima no jugaba con ella, se marchó.

Después de esa aventura, decidieron llamar a la macaca Naruto, como un personaje de manga creado por Masashi Kishimoto.

Slater siempre ha asegurado que no fue un disparo fortuito, sino que fue el resultado de mucha perseverancia por su parte. De vuelta a Inglaterra, colgó la fotografía del selfie en su web.

Wikipedia, PETA y Juicio

Wikipedia aprovechó la foto para ilustrar sus textos. Slater les recordó que la foto es suya y no les había dado permiso, después de comprobar que había sido descargada más de 50 millones de veces y replicada en diversos medios de comunicación de todo el mundo.

La Fundación Wikimedia, propietaria de Wikipedia, fue fundada por Jimmy Wales y Larry Sanger. Se mantiene con las aportaciones económicas de sus lectores y con los textos gratuitos de sus escritores. Dijo que el fotógrafo no tenía Derechos de Autor sobre la imágen porque la había hecho un animal, que no ostenta esos derechos. Y que tampoco tenía que pagarle como propietario de la cámara, por considerar que las imágenes eran de Dominio Público. Poco después, Slater publicó un libro con sus obras, incluidas las fotos del macaco.

En 2015, la propia Naruto denunció oficialmente al fotógrafo, a una editorial norteamericana y a una compañía británica que habían publicado las fotos. La denuncia fue impuesta por la organización PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) y por Antje Engelhardt, su cuidadora desde el nacimiento. Se acogieron a la figura del “Next Friends” (amigo próximo), que permite representar a alguien que no puede representarse por sí mismo. 

En su argumentación aseguraron que la macaca “era altamente inteligente, con pulgares oponibles, estaba acostumbrado a las personas y a las cámaras, y que mediante una acción autónoma e independiente fue el autor de la selfie tomada en 2011”.

La organización reclamó que, ya que se dedicaba a defender a los animales, tenía derecho a cobrar los derechos de autor de la foto. Y para demostrar buenas intenciones, anunció que donaría el 25% de los beneficios de la imagen a otros organismos con los mismos objetivos.  

Todo llegó a los tribunales, un litigio de  dos años que arruinó completamente al fotógrafo, hasta el punto de que se estaba planteando colgar las cámaras y dedicarse a “paseador de perros”. El 12 de septiembre de 2017 se hizo pública la sentencia, derivada de un acuerdo previo entre las partes: el Tribunal de San Francisco (EE. UU.) desestimó la petición de PETA, argumentando que la protección de los derechos de autor no se podía aplicar a un mono.

Por su parte, la Fundación Wikimedia publicó una nota en sus propias redes anunciando que el tribunal le había dado la razón en cuanto no se le pueden pagar derechos de autor a un mono y poniendo el link hacia el informe de 1.300 páginas que abarca este caso. Luego añadió que el fotógrafo quería volver a presentar el caso en un tribunal del Reino Unido.

Consecuencias

La sentencia no entra en el fondo del asunto, de si el fotógrafo podría ser considerado el autor de la foto, y tampoco menciona que desde el principio la foto está registrada a nombre de David Slater en Inglaterra y EE. UU.

Slater y PETA llegaron a un acuerdo para que el 25% de los derechos de autor que genere esa foto sirvan para proteger el bosque de Sulawesi. Los abogados de él declararon: “PETA y David Slater están de acuerdo en que este caso plantea cuestiones innovadoras sobre la expansión de los derechos legales para los animales, un objetivo que ambos apoyan y por el que seguirán trabajando”.

Por su parte, PETA publicó un comunicado: “Representa un punto de no retorno en la expansión de los derechos de los animales, un objetivo por el que continuaremos luchando”.

Al haber llegado a un acuerdo sobre los derechos legales sin entrar a juicio, no se ha contestado la pregunta de fondo, si un mono puede ser considerado autor de una foto. Había tres opciones:

-Que Naruto fuera considerada autora.
-Que la foto fuera considerada de dominio público, opción de la parte norteamericana.
-Que Slater fuera considerado el autor, opción de la parte británica, ya que fue él quien ajustó su cámara.

Toda la historia fue conocida en su momento como “El selfie del macaco”.


Reserva Natural Tangkoko - Sulawesi - Indonesia







10 octubre 2025

La ballena del Port Olimpic

 
Es una gran escultura metálica que se deja ver en Barcelona, frente al mar, entre yates, veleros y playas. Se le llama Ballena, aunque su nombre oficial es mucho más corto: Peix.

Se inauguró en 1989 como parte de la gran transformación de la ciudad para las Olimpiadas de 1992El ayuntamiento quería una nueva imagen alejada de pescadores y bañistas, enfocada a las competiciones de vela.
 
Es una creación de
Frank O. Gehry, nacido en 1929 como Frank Goldberg, arquitecto canadiense afincado en EE. UU. Estudió y trabajó en Los Ángeles y París, donde profundizó en la obra de Le Corbusier. De vuelta, abrió la firma  Gehry Partners LLP, obtuvo el premio Pritzker en 1989 y el Príncipe de Asturias de las Artes en 2014. En 1997 levantó el Museo Guggenheim de Bilbao. Suele trabajar con materiales inacabados y jugar con diversas formas geométricas.
 
La obra
 
Identificada dentro del estilo denominado Deconstructivismo, es una estructura de láminas de acero inoxidable en forma de reja, con perfiles y rigidizadores para que mantenga la forma a pesar de las tensiones de los materiales y las rachas de viento. Por encima, está recubierto de tiras de titanio entrelazadas. Mide 56 metros de largo y 35 de altura. Fue diseñada de manera que el sol cambiara su apariencia y su color a lo largo del día.

Una de sus mayores características es que no tiene cabeza ni cola. La inspiración nació de los recuerdos de infancia del arquitecto, cuando jugaba con peces de colores en la bañera de su casa.
 
Es pionera en el mundo porque fue creada con el software Catia, de la empresa Gehry Technologies,  basada en tecnología aeroespacial. Se hizo una primera maqueta a mano y una vez aceptada, se sometió al programa para la creación real de cada pieza.
 
El uso de titanio, un material muy caro, es una de las características del arquitecto, que busca que sus obras brillen por sí mismas.
 
El símbolo
 
Al margen de las cuestiones artísticas de Gehry, hay un simbolismo hermético. Barcelona tiene múltiples elementos de masonería, y muchos de sus hombres ilustres pertenecieron a la organización. La obra, un pez sin cabeza ni cola, simbolizaría el tiempo sin principio ni fin, y está situada donde los hermetistan consideran que termina la zona Piscis de la Ciudad Condal.



Texto y fotos del Peix: Marga Alconchel


05 octubre 2025

Los artefactos de Miroslav Tichy

 

Miroslav Tichy  fue un fotógrafo checo (Netcice, 20 noviembre 1925 – Kyjov, 12 abril 2011)  presentado como “salvaje”, enfrentado a los planteamientos artísticos del régimen comunista de la República Checa. 

Después de la Segunda Guerra Mundial estudió en la Escuela de Bellas Artes de Praga. Era muy apreciado por sus compañeros y sus profesores, y empezó a pintar en estilo modernista.

Fue ilustrador, pero las imposiciones del régimen totalitario del país le sofocaban, le obligaban (como a todos los alumnos) a seguir el estilo Realismo Socialista y cambiaron a las modelos que posaban para ellos por obreros en traje de faena. Tichy se negó, abandonó los estudios en 1948 y fue enviado al servicio militar en Eslovaquia. Al regresar, continuó pintando y formó parte del grupo “Cinco de Brno”, opuestos al realismo socialista en favor del expresionismo moderno. Fue considerado “enfermo mental” por las autoridades y pasó por la clínica psiquiátrica Opova.

Se apartó de la escena pública, volvió a su pueblo, se instaló en la casa de sus padres y vivía de una pequeña pensión por discapacidad. Descuidó su aspecto físico, dejó de afeitarse y de cortarse el pelo como forma de protesta. Pasó ocho años en prisión por “subversivo”. Perdió su vivienda, perdió sus pinturas y se decantó por la fotografía.

Buscando un estilo propio se fijó en Diógenes de Sinope, el sabio de la Grecia clásica que hizo de la pobreza una virtud. Hizo suyo el lema de que “quien nada tiene, nada teme”, para huir del pánico que había sufrido toda su vida. Se paseaba por su pueblo con ropa vieja y una cámara heredada de su padre, que iba reparando con desechos.

Durante veinte años, cada vez que se iban a celebrar grandes festividades la policía iba a buscarlo para “limpiar las calles” y no dar mala imagen ante la visita del Secretario del Partido. Tichy comentó: “Una vez, la policía se olvidó de recogerme el Primero de Mayo. Ya tenía hecha mi maleta pequeña y estaba esperando a que vinieran a llevarme al manicomio. Esperé y esperé, pero no llegaron. Entonces me cansé de esperar y salí de la casa hacia la plaza. 

En el ayuntamiento habían construido una tribuna y en el podio alguien pronunciaba un discurso. Fui a la iglesia al otro lado de la plaza, subí las escaleras y me senté en el último escalón. Yo estaba entonces a la misma altura que la tribuna y podía verlo todo. Y todos me vieron a mí. Pasaron unos dos minutos y de repente mis policías estaban parados a mi lado. Y pronto estuve de camino al manicomio.”

En 1960 construyó una cámara fotográfica con desechos y se dedicó a fotografiar obsesivamente mujeres en situaciones cotidianas, pero siempre a distancia. Revelaba los negativos de cualquier manera sobre cualquier material. Durante tres décadas llegó a hacer 100 fotografías por día. Vivía en un pequeño apartamento convertido en laboratorio. 

Los artefactos

Se hizo conocido por sus cámaras fotográficas construidas con cuerdas, tubos de cartón y latas de estaño, selladas con resina o alquitrán de las calles. El obturador funcionaba con medias bobinas y gomas elásticas textiles. Las lentes las fabricaba con vidrio acrílico. Usaba telescopios infantiles y lentes de gafas viejas. Realizó con ellas miles de fotografías entre 1960 y 1985.

Las revelaba con un equipo muy primitivo, y muchas están deformadas y con manchas. Ponía paspartús de bolsas de papel, periódicos o páginas de libros, pegaba la fotografía y decoraba su alrededor con lápices de colores. Tichy creía que los fallos eran parte de la fotografía, que las imperfecciones eran poesía. 

Oscar Colorado Nates, titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana de México, considera que “Tichy, en sus barridos y desenfoques recuerda la especificidad y belleza de la cámara, aquel papel registral con el que se identifica a la fotografía, que ofrece un cierto engaño gracias al “efecto realidad”.
Sus fotografías recuerdan la importancia del “ruido”, la grasa, la forma en que estos elementos se transforman en un lenguaje propio expresivo y de gran fuerza visual  en las manos de un artista”.

Fama y exposiciones

Tichy no buscaba ser reconocido. Consideraba que el mundo era pura pretensión, no le prestaba atención a su propia obra y destruyó muchas de sus fotografías. Pero un amigo le convenció para que realizara su primera exposición en la Die Blaue Khnsthalle DuMont en Colonia en 1990.

Después contactaron con el crítico de arte Harald Szeemann, que organizó una exposición en la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla en 2004. En 2005 obtuvo el premio “Descubrimiento del Año” en el Festival Encuentros Fotográficos de Arlés y el mismo año  expuso sus trabajos en la Kunsthaus Zürich.

 En 2007 expuso en el Museo de Arte Moderno de Frankfurt, en 2008 en el George Pompidou de París y en 2010 expuso en el International Center of Photography de New York. Hoy sus obras se venden en las Galerías Konzett, Christopher Gaillard y la Pasca Polar.

Cuando le preguntaron por sus fotos, comentó “Primero, has de tener una cámara pésima. Y si quieres ser famoso, debes hacer algo peor que nadie en el mundo”. Falleció en 2011 a los 85 años, después de haber sufrido demencia senil. Nunca asistió a las exposiciones de sus fotografías.

La Fundación Tichy Ocean

Fue fundada en 2005 por el médico Roman Buxbaum, amigo personal de Tichy. Su intención fue conservar y presentar sus obras, publicitando que estaban hechas con “artefactos”. Con el tiempo fue ampliando su lista de autores, y hoy la colección incluye obras de más de 200 firmas.

Paul Gallagher dijo de él que “fue un artista cuyas fotografías subversivas nos hacen reexaminar la relación entre la belleza y la existencia humana.