05 octubre 2025

Los artefactos de Miroslav Tichy

 

Miroslav Tichy  fue un fotógrafo checo (Netcice, 20 noviembre 1925 – Kyjov, 12 abril 2011)  presentado como “salvaje”, enfrentado a los planteamientos artísticos del régimen comunista de la República Checa. 

Después de la Segunda Guerra Mundial estudió en la Escuela de Bellas Artes de Praga. Era muy apreciado por sus compañeros y sus profesores, y empezó a pintar en estilo modernista.

Fue ilustrador, pero las imposiciones del régimen totalitario del país le sofocaban, le obligaban (como a todos los alumnos) a seguir el estilo Realismo Socialista y cambiaron a las modelos que posaban para ellos por obreros en traje de faena. Tichy se negó, abandonó los estudios en 1948 y fue enviado al servicio militar en Eslovaquia. Al regresar, continuó pintando y formó parte del grupo “Cinco de Brno”, opuestos al realismo socialista en favor del expresionismo moderno. Fue considerado “enfermo mental” por las autoridades y pasó por la clínica psiquiátrica Opova.

Se apartó de la escena pública, volvió a su pueblo, se instaló en la casa de sus padres y vivía de una pequeña pensión por discapacidad. Descuidó su aspecto físico, dejó de afeitarse y de cortarse el pelo como forma de protesta. Pasó ocho años en prisión por “subversivo”. Perdió su vivienda, perdió sus pinturas y se decantó por la fotografía.

Buscando un estilo propio se fijó en Diógenes de Sinope, el sabio de la Grecia clásica que hizo de la pobreza una virtud. Hizo suyo el lema de que “quien nada tiene, nada teme”, para huir del pánico que había sufrido toda su vida. Se paseaba por su pueblo con ropa vieja y una cámara heredada de su padre, que iba reparando con desechos.

Durante veinte años, cada vez que se iban a celebrar grandes festividades la policía iba a buscarlo para “limpiar las calles” y no dar mala imagen ante la visita del Secretario del Partido. Tichy comentó: “Una vez, la policía se olvidó de recogerme el Primero de Mayo. Ya tenía hecha mi maleta pequeña y estaba esperando a que vinieran a llevarme al manicomio. Esperé y esperé, pero no llegaron. Entonces me cansé de esperar y salí de la casa hacia la plaza. 

En el ayuntamiento habían construido una tribuna y en el podio alguien pronunciaba un discurso. Fui a la iglesia al otro lado de la plaza, subí las escaleras y me senté en el último escalón. Yo estaba entonces a la misma altura que la tribuna y podía verlo todo. Y todos me vieron a mí. Pasaron unos dos minutos y de repente mis policías estaban parados a mi lado. Y pronto estuve de camino al manicomio.”

En 1960 construyó una cámara fotográfica con desechos y se dedicó a fotografiar obsesivamente mujeres en situaciones cotidianas, pero siempre a distancia. Revelaba los negativos de cualquier manera sobre cualquier material. Durante tres décadas llegó a hacer 100 fotografías por día. Vivía en un pequeño apartamento convertido en laboratorio. 

Los artefactos

Se hizo conocido por sus cámaras fotográficas construidas con cuerdas, tubos de cartón y latas de estaño, selladas con resina o alquitrán de las calles. El obturador funcionaba con medias bobinas y gomas elásticas textiles. Las lentes las fabricaba con vidrio acrílico. Usaba telescopios infantiles y lentes de gafas viejas. Realizó con ellas miles de fotografías entre 1960 y 1985.

Las revelaba con un equipo muy primitivo, y muchas están deformadas y con manchas. Ponía paspartús de bolsas de papel, periódicos o páginas de libros, pegaba la fotografía y decoraba su alrededor con lápices de colores. Tichy creía que los fallos eran parte de la fotografía, que las imperfecciones eran poesía. 

Oscar Colorado Nates, titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana de México, considera que “Tichy, en sus barridos y desenfoques recuerda la especificidad y belleza de la cámara, aquel papel registral con el que se identifica a la fotografía, que ofrece un cierto engaño gracias al “efecto realidad”.
Sus fotografías recuerdan la importancia del “ruido”, la grasa, la forma en que estos elementos se transforman en un lenguaje propio expresivo y de gran fuerza visual  en las manos de un artista”.

Fama y exposiciones

Tichy no buscaba ser reconocido. Consideraba que el mundo era pura pretensión, no le prestaba atención a su propia obra y destruyó muchas de sus fotografías. Pero un amigo le convenció para que realizara su primera exposición en la Die Blaue Khnsthalle DuMont en Colonia en 1990.

Después contactaron con el crítico de arte Harald Szeemann, que organizó una exposición en la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla en 2004. En 2005 obtuvo el premio “Descubrimiento del Año” en el Festival Encuentros Fotográficos de Arlés y el mismo año  expuso sus trabajos en la Kunsthaus Zürich.

 En 2007 expuso en el Museo de Arte Moderno de Frankfurt, en 2008 en el George Pompidou de París y en 2010 expuso en el International Center of Photography de New York. Hoy sus obras se venden en las Galerías Konzett, Christopher Gaillard y la Pasca Polar.

Cuando le preguntaron por sus fotos, comentó “Primero, has de tener una cámara pésima. Y si quieres ser famoso, debes hacer algo peor que nadie en el mundo”. Falleció en 2011 a los 85 años, después de haber sufrido demencia senil. Nunca asistió a las exposiciones de sus fotografías.

La Fundación Tichy Ocean

Fue fundada en 2005 por el médico Roman Buxbaum, amigo personal de Tichy. Su intención fue conservar y presentar sus obras, publicitando que estaban hechas con “artefactos”. Con el tiempo fue ampliando su lista de autores, y hoy la colección incluye obras de más de 200 firmas.

Paul Gallagher dijo de él que “fue un artista cuyas fotografías subversivas nos hacen reexaminar la relación entre la belleza y la existencia humana.



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