10 octubre 2025

La ballena del Port Olimpic

 
Es una gran escultura metálica que se deja ver en Barcelona, frente al mar, entre yates, veleros y playas. Se le llama Ballena, aunque su nombre oficial es mucho más corto: Peix.

Se inauguró en 1989 como parte de la gran transformación de la ciudad para las Olimpiadas de 1992El ayuntamiento quería una nueva imagen alejada de pescadores y bañistas, enfocada a las competiciones de vela.
 
Es una creación de
Frank O. Gehry, nacido en 1929 como Frank Goldberg, arquitecto canadiense afincado en EE. UU. Estudió y trabajó en Los Ángeles y París, donde profundizó en la obra de Le Corbusier. De vuelta, abrió la firma  Gehry Partners LLP, obtuvo el premio Pritzker en 1989 y el Príncipe de Asturias de las Artes en 2014. En 1997 levantó el Museo Guggenheim de Bilbao. Suele trabajar con materiales inacabados y jugar con diversas formas geométricas.
 
La obra
 
Identificada dentro del estilo denominado Deconstructivismo, es una estructura de láminas de acero inoxidable en forma de reja, con perfiles y rigidizadores para que mantenga la forma a pesar de las tensiones de los materiales y las rachas de viento. Por encima, está recubierto de tiras de titanio entrelazadas. Mide 56 metros de largo y 35 de altura. Fue diseñada de manera que el sol cambiara su apariencia y su color a lo largo del día.

Una de sus mayores características es que no tiene cabeza ni cola. La inspiración nació de los recuerdos de infancia del arquitecto, cuando jugaba con peces de colores en la bañera de su casa.
 
Es pionera en el mundo porque fue creada con el software Catia, de la empresa Gehry Technologies,  basada en tecnología aeroespacial. Se hizo una primera maqueta a mano y una vez aceptada, se sometió al programa para la creación real de cada pieza.
 
El uso de titanio, un material muy caro, es una de las características del arquitecto, que busca que sus obras brillen por sí mismas.
 
El símbolo
 
Al margen de las cuestiones artísticas de Gehry, hay un simbolismo hermético. Barcelona tiene múltiples elementos de masonería, y muchos de sus hombres ilustres pertenecieron a la organización. La obra, un pez sin cabeza ni cola, simbolizaría el tiempo sin principio ni fin, y está situada donde los hermetistan consideran que termina la zona Piscis de la Ciudad Condal.



Texto y fotos del Peix: Marga Alconchel


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