Se inauguró en 1989 como parte de la gran
transformación de la ciudad para las Olimpiadas de 1992El ayuntamiento quería
una nueva imagen alejada de pescadores y bañistas, enfocada a las competiciones
de vela.
Es una creación de Frank O. Gehry, nacido en 1929 como Frank Goldberg, arquitecto canadiense afincado en EE. UU. Estudió y
trabajó en Los Ángeles y París, donde profundizó en la obra de Le Corbusier. De
vuelta, abrió la firma Gehry Partners
LLP, obtuvo el premio Pritzker en 1989 y el Príncipe de Asturias de las Artes
en 2014. En 1997 levantó el Museo Guggenheim de Bilbao. Suele trabajar con
materiales inacabados y jugar con diversas formas geométricas.
La
obra
Identificada dentro del estilo denominado
Deconstructivismo, es una estructura de láminas de acero inoxidable en forma de
reja, con perfiles y rigidizadores para que mantenga la forma a pesar de las
tensiones de los materiales y las rachas de viento. Por encima, está recubierto
de tiras de titanio entrelazadas. Mide 56 metros de largo y 35 de altura. Fue
diseñada de manera que el sol cambiara su apariencia y su color a lo largo del
día.
Una de sus mayores características es que no
tiene cabeza ni cola. La inspiración nació de los recuerdos de infancia del
arquitecto, cuando jugaba con peces de colores en la bañera de su casa.
Es pionera en el mundo porque fue creada con
el software Catia, de la empresa Gehry Technologies, basada en tecnología aeroespacial. Se hizo una
primera maqueta a mano y una vez aceptada, se sometió al programa para la
creación real de cada pieza.
El
símbolo
Al margen de las cuestiones artísticas de
Gehry, hay un simbolismo hermético. Barcelona tiene múltiples elementos de
masonería, y muchos de sus hombres ilustres pertenecieron a la organización. La
obra, un pez sin cabeza ni cola, simbolizaría el tiempo sin principio ni fin, y
está situada donde los hermetistan consideran que termina la zona Piscis de la Ciudad
Condal.
Texto y fotos del Peix: Marga Alconchel

No hay comentarios:
Publicar un comentario